La creciente complejidad de las amenazas digitales ha llevado al desarrollo de soluciones avanzadas que buscan gestionar de manera eficiente los riesgos asociados con la exposición de los activos tecnológicos. Entre estas soluciones destaca el Threat Exposure Management (TEM), un enfoque que trasciende la detección tradicional de vulnerabilidades y adopta una estrategia más amplia y continua.
Una de las principales dificultades que enfrentan hoy las organizaciones es la pérdida de visibilidad sobre los activos posiblemente expuestos a esas amenazas; debido, en gran medida, a la naturaleza dinámica de la nube, donde los componentes se activan y desactivan de acuerdo con las cambiantes demandas del negocio.
Esta flexibilidad, si bien puede brindar beneficios a la eficiencia operativa, complica la tarea de identificar qué activos se encuentran potencialmente vulnerables. En este contexto, las plataformas TEM se convierten en una herramienta crítica para mapear y monitorear continuamente los elementos que conforman la superficie de ataque de una organización.
Trascendiendo la detección
TEM va más allá de las herramientas tradicionales de ciberseguridad, que a menudo se enfocan únicamente en la detección de vulnerabilidades. Las plataformas TEM combinan varias capacidades que permiten identificar, evaluar y gestionar los riesgos de ciberseguridad de manera integral. Desde el descubrimiento de activos hasta la simulación de vectores de ataque, la gestión de exposición a amenazas ofrece una imagen completa del panorama de amenazas.
El descubrimiento de activos es una de las primeras acciones que realiza un sistema TEM. Este proceso abarca todos los dispositivos, servidores, aplicaciones, datos y usuarios, tanto en entornos locales como en la nube.
A diferencia de otras metodologías como bug bounty o las pruebas de penetración (pen test), que se centran en activos previamente definidos, TEM proporciona un mapeo exhaustivo y continuo de toda la infraestructura tecnológica, lo que asegura que ningún componente quede fuera del análisis, algo vital en un entorno donde la visibilidad limitada puede ser aprovechada por actores maliciosos.
Otro aspecto esencial es su capacidad para analizar vulnerabilidades y amenazas en el contexto específico de cada organización. Así, es posible detectar configuraciones incorrectas y amenazas específicas como ransomware, robo de datos y campañas de phishing, por ejemplo.
Además, las plataformas TEM recopilan información sobre las tácticas y herramientas utilizadas por los atacantes en sectores específicos, lo que les permite adaptar las evaluaciones de riesgos a las realidades de cada negocio. Esta capacidad de contextualización es estratégica para una gestión de riesgos más precisa y efectiva.
Un enfoque proactivo
Una vez que se han identificado los activos y las vulnerabilidades, TEM utiliza modelado de vectores de ataque para simular posibles escenarios de explotación, permitiendo a las organizaciones visualizar cómo podrían ser impactadas y qué consecuencias podrían enfrentar de no abordarse los riesgos detectados.
Contrario a limitarse a la detección de problemas, TEM adopta un enfoque más proactivo al recrear ataques reales como ransomware o malware específico, brindando la oportunidad de fortalecer las defensas empresariales antes de que ocurra un incidente.
Otro elemento crítico de TEM es la priorización de riesgos. Si bien las vulnerabilidades crecen continuamente, no todas representan el mismo nivel de amenaza. Por ello, las plataformas TEM utilizan algoritmos avanzados para clasificar las vulnerabilidades según su probabilidad de explotación y el impacto potencial en el negocio. Así, los equipos de seguridad pueden enfocar sus esfuerzos y recursos en los problemas más críticos, optimizando tanto el tiempo como el presupuesto dedicado a la ciberseguridad.
TEM ofrece también recomendaciones específicas para mitigar las vulnerabilidades identificadas. Estas pueden incluir la aplicación de parches, ajustes en configuraciones de seguridad o la implementación de controles adicionales. Este enfoque práctico asegura que las organizaciones no solo sean conscientes de sus riesgos, sino que también cuenten con un plan claro para abordarlos de manera efectiva. Además, el monitoreo continuo garantiza que cualquier cambio en la superficie de ataque, ya sea la aparición de nuevos activos o la detección de amenazas emergentes, sea abordado de inmediato.
Beneficios clave
Los beneficios de implementar la gestión de exposición a amenazas en una organización son diversas. Ofrece, en primera instancia, visibilidad completa de los activos tecnológicos, optimiza los recursos de seguridad y reduce los costos asociados con incidentes de ciberseguridad. Además, al automatizar muchas de las tareas relacionadas con la gestión de vulnerabilidades, TEM libera tiempo para que los equipos de seguridad puedan concentrarse en análisis estratégicos. Con esto no mejora solamente la eficiencia operativa, sino que también fortalece la capacidad de la organización para anticiparse a futuras amenazas.
Asimismo, las plataformas TEM están integrando cada vez más inteligencia artificial para mejorar sus capacidades, incluyendo la automatización de tareas, evaluaciones de riesgos más precisas y recomendaciones de mitigación basadas en datos.
Por otro lado, aun si su implementación puede percibirse como un costo adicional, su capacidad para prevenir incidentes y optimizar los recursos lo convierte en una inversión estratégica que fortalece la resiliencia de las empresas frente a un panorama de amenazas en constante evolución.
El Threat Exposure Management representa un cambio de paradigma en la forma en que las organizaciones abordan la ciberseguridad. Al ofrecer un enfoque integral que incluye la identificación de activos, la evaluación de vulnerabilidades y amenazas, y la simulación de posibles ataques, las organizaciones pueden anticiparse a los riesgos y fortalecer su postura de seguridad.
Minsait ofrece a las organizaciones servicios avanzados de Threat Exposure Management como servicio (TEMaaS) que integran descubrimiento de activos, análisis de vulnerabilidades, simulación de ataques y priorización de riesgos. Asimismo, su enfoque administrado permite que los clientes reciban informes detallados y estrategias de mitigación personalizadas, alineadas con sus objetivos de negocio, y elevando su resiliencia ante las amenazas cibernéticas actuales y futuras.